OBRA DE TALLER: BOCETOS Y DIBUJOS

Elisa Séiquer

OBRA DE TALLER: BOCETOS Y DIBUJOS

Elisa Séiquer

OBRA DE TALLER: BOCETOS Y DIBUJOS

Elisa Séiquer

Inauguración, miércoles 18 de octubre en el Espacio Expositivo Progreso 80, a las 20:30 horas.

Puede visitarse en sala hasta 25 de noviembre de 2023

La exposición puede ser visitada del el 18 de octubre al 25 de noviembre de 2023 de forma virtual a través de la webcam instalada a tal efecto en la sala http://www.progreso80.com o concertando una visita previa llamando al teléfono 968 96 94 98

                                                                                                                                                                                                                                            No he visto a nadie modelar como lo hacía ella ….

Con estas palabras de Juan Martínez Lax, doy comienzo a un acto de reconocimiento y respeto hacia la artista murciana Elisa Séiquer (Murcia, 1945-1996) a través de “Obra de taller: bocetos y dibujos” exposición individual con la que inauguramos la temporada 2023-24 en Progreso 80

Apenas pasados 27 años de la temprana desaparición de Elisa y 22 de la exposición Elisa Séiquer: Una historia que no cesa, celebrada en la sala de Verónicas, en Murcia, hoy ofrecemos gracias a la generosidad y amor que ha mostrado Elvira Séiquer Gutiérrez, hermana mayor de la artista, la oportunidad de conocer, aproximarnos y deleitarnos con los dígitos de la artista sellados en bocetos de escayola y marcados sobre el rastro de carboncillo al paso de las hojas de los cuadernillos de viaje de su estancia en París, durante su formación en San Carlos, Facultad de Bellas Artes en Valencia o sus diferentes destinos, siendo ya profesora de dibujo, en Yecla, Mula, Archena, Las Torres de Cotillas o Murcia.

Porque aunque joven, o muy joven, Elisa se marchara, aquí muestran sus bocetos y dibujos una constante y muy temprana pasión por el manejo y tratamiento de la materia, a partir de conocimientos previos y otros tantos adquiridos en un entorno a veces proclive y abierto a un aprendizaje cómodo y sencillo, en otros casos, un ambiente hostil.

Una joven Elisa, casi niña, que ya manifestaba su inquietud por las artes plásticas, muy presentes en su entorno familiar. Dibujos al carbón, paisajes y retratos de Alejandro Séiquer (Murcia, 1851-1921) que colgados en las paredes de la casa familiar antes del nacimiento de la misma, con el tiempo se convertirían en objeto de miradas y de cuidadosa observación por parte de la artista. Libros de anatomía y medicina general en las estanterías de su casa que le sirvieron de guía y clase magistral de dibujo. Sin duda, su paso a la escultura proviene de la pintura. Ejerce gran influencia en su obra el maestro José Paredes Jardiel (Madrid, 1928-2000) con quien descubre que sus dibujos son complemento de su escultura, alcanza a través del dibujo sublimar su obra por medio de la escultura.

La proximidad al minucioso realismo del maestro M. Benlliure (Valencia, 1862-1947) cercano y visible a través de la obra de su discípulo José Séiquer Zanón, tío de Elisa, con el que no mantuvo una relación muy estrecha, aunque siempre valoró y se sintió atraída por su obra, seguramente influenciada por esa forma decisiva de consolidar el realismo en la escultura monumental, como ambos mostraron. Escultura monumental a la que Elisa también se enfrentó resolviendo con fuerza y decisión.

Murcia, es la tierra que alumbra a Elisa, la misma tierra que ha gestado y entregado generaciones de artistas deslumbrados por el color de los limos depositados en la tierra, tierra soleada y rica en tonalidades, tierra de pintores y tierra de escultores. Sin duda la Elisa pintora es la misma Elisa escultora, la misma que ha estado marcada por sus maestros de estatuaria como José Capuz, José Planes Peñalver, Clemente Cantos o Juan González Moreno, al segundo le mostraba, como nos cuenta Pepe Planes Lastra, fotografías de sus trabajos con apenas 15 años, al último lo considera y llama maestro, con el que por primera vez entra en faena en su taller de la calle Corbalán, donde coincide y conoce la obra de Antonio Campillo Párraga (1925-2009), José Hernández Cano (1932-2017) o José González Marcos (1940-2014). .

Elisa Séiquer, pertenece a una generación de artistas murcianos que se nombran de carrerilla; Garza, Cacho, Lolo, Francisco Toledo, José María Pastor, Manolo Belzunce, Pedro Pardo, Jean Pierre Caubios, José María Párraga o Juan Martínez Lax, entre otros. Éste último, que vive y que viva por mucho, fue acompañante de Elisa en cientos de idas y venidas desde su estudio de Las Balsas al bar La Viña, donde se reunían con el resto de artistas que dan plenitud a esta Generación, denominados por Pedro Alberto Cruz como Generación maldita, o pérdida.

Durante la década de los 60 la obra de Elisa Séiquer, se hizo visible en espacios expositivos como Galería Chys, Zero, Delos, Galería Séiquer (en Madrid) o en la sala Milano (avenida Alfonso X el Sabio), donde junto a Párraga, M. Avellaneda, Juan Francisco Toledo, Elisa y Hernández Cano se incorporan al “ANUAR 65” como escultores.

Generación a la que pertenecen este grupo de artistas, enriquecida por sus fuertes diferencias sociales e incluso económicas, pero más fuertemente unidos por el deseo e impulso que les lleva desde muy jóvenes a experimentar con diferentes materiales y variados soportes hasta llegar cada uno a un destino o definición plástica concreta en su obra personal y diferenciada entre sí al tiempo que próxima y cercana en cuanto a generación y a contexto histórico, obras unidas a sus orígenes y aprendizajes.

“Obra de taller: bocetos y dibujos”, exposición individual formada por 65 obras, entre retratos de escayola, cemento, barro cocido, bronce o dibujos acompañados de apuntes a bolígrafo o carboncillo sobre papel. Pensamientos e ideas íntimas materializadas a través del canal comunicativo en el que Elisa Séiquer encontró un espacio de descanso y paz, protección a su fragilidad, contrapuesta a su fuerte personalidad.

Esta exposición pone de manifiesto la evolución plástica que Elisa muestra en su obra a lo largo de 4 décadas de trabajo, tiempo de fuerte experimentación y observación de las diferentes tendencias estéticas y artísticas que mostraban caminos separados en la escultura y pintura. Elisa, son algunas de ellas inéditas, entre bocetos de escayola, apuntes a bolígrafo o lápiz sobre papel en sus estancias de rico aprendizaje y profundización en el arte contemporáneo, en París, Valencia o Yecla. Dibujos y apuntes sobre cuadernillos de trabajo a modo de libro de autor y esculturas en bronce de pequeño formato.

Es Elisa, quien destaca por el tratamiento de las formas y volúmenes humanos desechando la importancia del cuerpo como producto conseguido o belleza final, para dejarlo en un segundo plano, como envoltorio de la fuerza interior de la pieza que viene acompañado de expresión y sentimiento a través de las mutaciones exteriores del cuerpo, que nos conducen hacia el constructivismo, en unos casos, y el abstractismo en otros.

En la obra de Elisa, de fuerte expresión y con una gran carga gestual nos revela el pensamiento y sentimiento interior, en ocasiones con miedo, terror, dolor o simple espera. Plasmado primero en sus bocetos y dibujos, sobre esos cuadernillos que viajaban y se movían junto a Elisa y que apenas mostraba y hacía saber de ellos. Los mismos cuadernos que lleva consigo, cuando junto a Juan Martínez Lax, visita en varias ocasiones el Hospital Psiquiátrico Román Alberca, en el Palmar, Murcia. Ese escenario y esos protagonistas se convierten en un vehículo de expresión de algunos aspectos recónditos del alma de la propia artista.

su arte es auténtico, su mundo, de dentro a fuera. Su mente capta, elabora. Goza y sufre al mismo tiempo. Emplea su técnica, trabajo, equilibrio y esfuerzo sin dejar nada al azar. La frialdad aparente es técnica, sensibilidad. La soledad de su obra es patrimonio de los seres humanos … pero intenta llegar con sus figuras, sin arroparlas ni enmascararlas, porque son como la vida misma” .

Con estas palabras, José María Párraga (Murcia, 1937-1997) se refiere a la obra de Elisa, una obra que estará influencia por la estilización de las formas figurativas humanas en Alberto Giacometti (Suiza, 1901-1996) y por la valoración de los huecos en la escultura de Alexander Archipenko (Kiev, 1887-1964) sustituyendo parte de los volúmenes de los cuerpos esculpidos, modelados por huecos. Huecos que ella misma define bajo un estilo figurativo de vanguardia a través de los que expresa “existen problemas humanos y quiero esculpirlos dentro de una forma moderna, no abstracta, ¿eh?. Hay quien cree que lo abstracto es la forma de expresión de hoy, pero ya es algo pasado”, y con estas palabras ofrecidas por la misma Elisa en una entrevista de 1972 doy fin a este escrito.

Tomás Ruiz Planes
Comisario de la exposición