"DIÁLOGO". exposición colectiva

Diálogo

Arranca la temporada 2023 en Progreso 80 con DIÁLOGO, exposición colectiva formada por un rico elenco de artistas murcianos que tienen como nexo de unión a Juan Martínez Lax, aglutinador de formas, conocedor de técnicas y propulsor de una legión de artistas que nos han enriquecido con su obras de arte. 

Entre ellos, Miguel Canseco (Puebla de Sancho Pérez, 1961) que junto a otros artistas como Lola Arcas, Ana Albertos, José González Marcos o el mismo Juan Martínez Lax, emprendieron un proyecto común a través del colectivo artístico La Nave, en la década de los 70. La Nave ofreció la oportunidad de ver el resultado de la experimentación y el estudio de materiales además de corrientes estéticas. 

Destacado artista de esta etapa, es Miguel Canseco, quien evoluciona en su trabajo plástico a través del uso del modelado con refractario, acabados porcelánicos e incorporaciones de otros materiales, como el hierro que le permite recrear de un modo figurativo-geométrico los pensamientos referidos a su versión de las ideas y las emociones que lo rodean. 

Perro o Caja Narradora son una clara muestra de esta riqueza y variedad de registros plásticos, materias primas, óxidos metálicos, engobes y colorantes sobre material refractario, metálico o sobre papel en los que Canseco se mueve. 

En esta línea de experimentación con la cerámica, la temperatura y reducciones a altas temperaturas surge Caracola, serie escultórica que explicita el dominio de la técnica y el uso del torno por parte de Galo Navarro (Madrid, 1959) así como el manejo y control de la temperatura para conseguir texturas y colores de final tan refinado y cercano a su visión de la naturaleza marina.

Ya en la década de los 80 y desde su participación en la Nueva Cerámica Murciana, Galo Navarro, Miguel Canseco o Pedro Blaya experimentaron y se iniciaron en la creación de trabajos con nuevos soportes como el barro refractario o el hierro obteniendo resultados de ricas formas y diferenciadas líneas estéticas que situaban a cada uno de ellos como un diferente artista. Su relación con Juan Martínez Lax supone un punto de inflexión en sus vidas como creadores plásticos, permitiendo depurar con rigor una esencia propia que iría definiendo y aclarando su propia evolución artística.

Del citado Pedro Blaya (La Ñora, 1959), será decisiva en particular, su participación en la exposición Mil- Mil Trescientos (1987) organizada por Marcos Salvador Romera y comisariada por Martínez Lax. A partir de esta exposición la obra de Blaya surge como una defensa de los rasgos antropológicos de la tierra en la que el artista se ha criado. La tierra y las manos que la trabajan pasan a ser una constante en su obra hasta que se depura y sublima veinte años después en Silencio de luz (2007). Exposición en la que sus cajas móviles o transformadas se muestran depuradas donde líneas y texturas hablan por sí solas de la obra. Aldaba y Arquitectura son eco de este diálogo de materiales y del tiempo, periodo en el que Blaya estableció una fusión entre la tierra, expresada a través del barro refractario y los elementos propios de la agricultura murciana, llena de instrumentos de labranza donde el hierro está presente por su fuerza y dominio sobre el trabajo y esfuerzo realizado. 

Continuamos con Paco Bernal (Murcia, 1965) escultor de oficio, de formación académica y dedicado al rostro humano en diferentes soportes, técnicas y materiales. Rostros y cabezas de grandes dimensiones en las que el gesto y elementos propios de la anatomía cobran protagonismo y fuerza en su obra. Retrato de Manolete, de Juan Martínez Lax o Torero Yacente son un claro ejemplo de este diálogo con M. Lax y de sus principios de cuidado anatómico, de la figura humana, del rostro.

Hasta aquí, la experimentación y aprendizaje conjunto. Antes del salto a la década de los 90 Juan Martínez Lax lleva a cabo investigaciones de vidriados cerámicos, cristalización y materialización en atmósferas reductivas, oxidantes y de carbonización que han provocado dejar atrás el concepto separado y artesanal que de ceramista se tenía hasta entonces. Estos artistas citados dejan de ser ceramistas para convertirse en manipuladores de la materia, en escultores, en artistas plásticos. 

De líneas, paisajes y color se caracteriza la obra de Antonio de los Llanos (Murcia, 1960). De muy temprano despertar hacia la pintura, en su aprendizaje, bajo Martínez Lax, de los Llanos se adentra en creativos y fugaces retratos haciendo uso de ceras y lápices de colores que impregnan su obra de ese carácter jovial y naif, en ocasiones. 

Retrato de Joaquín Cano, Retrato de Quini o el retrato de nuestro querido Pepito Marcos, muestran el espacio íntimo, familiar y cercano en el que se inicia en su andadura pictórica hace ya más de 40 años.

También de colores y trazos lineales se inicia e inundan las primeras pinturas de Alfonso de la Risca (Murcia, 1971) ahora hace 30 años, también en compañía de Juan Martínez Lax, de la Risca empezó a experimentar con colores y formas hasta que en 1996 participó en la exposición colectiva 20 x 20 en la Galería Detrás del Rollo donde se expusieron por primera vez sus obras junto a las de Pedro Cano, Ángel Haro, Cacho, Garza, entre otros. La obra Flores y mesa muestra soltura y dominio de la mancha y el color en la acuarela y Flores son el culmen del uso del color junto a la fuerza del modelado en refractario.

De la artista Yosem Martínez (Murcia, 1970) destacamos sus autofraguantes por técnica y la narración que la obra final nos ofrece desde que antes del proceso de creación de su obra, el objeto fuera utilizado por su propietario hasta que llegara a las manos de la artista para ser transformado y elevado a obra de arte. Deconstrucción 1 y Deconstrucción 2 son eco de esa historia que nos narra y muestra por medio de texturas y deconstrucción de la propia materia del objeto que deja de serlo para convertirse en algo singular y único.

Seguimos con Alfonso Escudero (Murcia, 1973) del que destacamos sus interferencias e interacciones por medio de la vía publicitaria. Aprovechamiento de códigos comunicativos publicitarios para transmitir su intención, mensaje o diálogo con el espectador. Así como la vuelta a la experimentación con materiales como el hierro o la cerámica. Su obra más actual Public msg y Arquitecturas establecen un diálogo de intención y deseo de su voluntad. 

De Cristóbal Barbero (Cartagena, 1981) hemos seleccionado Rescate y Formas abiertas. Obras rescatadas a partir de texturas y sensaciones vivas en su espacio de origen. El plomo repujado recoge y encierra en su obra la esencia del paso del tiempo, del envejecimiento de la madera o el óxido del metal de esos elementos que se sirven para entregar su alma o esencia. La obra de Barbero se puede denominar de tratamiento espiritual mostrando una sobrecarga emocional a partir de las sensaciones que nos ofrece por medio de su obra y del acrílico sobre el plomo. 

Y por último, Pedro Rough (Barcelona, 1955) artista que nos ofrece una explosión de color a partir de la interpretación de manchas que derivan en diversas y variadas formas sinuosas que nos invitan a la participación en su mundo de color y multiforme que vive de manera particular. Signos pictóricos son el resumen de una larga trayectoria de investigación y experimentación desde los soportes más tradicionales hasta la edición y técnica digital donde siguen estando presentes la concreción de su particular visión de la imagen y el protagonismo del color.

Tomás Ruiz Planes
Comisario de la exposición